La de los espigones de la Costa Tropical es una historia de incumplimientos. Año tras año, desde hace más de dos décadas, se incumplen las promesas y se incumplen los plazos. Temporal tras temporal, los escalones vuelven a aparecer en las principales playas granadinas ante la falta de defensas, y se repite la misma historia: nuevas promesas, nuevos incumplimientos.

La realidad hoy, 20 años después de que municipios como Albuñol o Motril comenzaran a reclamar infraestructuras permanentes para evitar los daños en sus playas, es que no hay fechas concretas para la puesta en marcha de las obras de los seis espigones incluidos en la estrategia de defensa del litoral que se definió en 2017.

El de PlayaGranada es el proyecto más avanzado: el expediente está concluido y a la espera de que el Ministerio de Transición Ecológica anuncie su licitación. En teoría, las obras debían haber comenzado en 2022, pero el proyecto definitivo no se aprobó hasta julio de 2023 y la tramitación posterior se ha prolongado, entre otras cosas, por la sobrecarga de trabajo de la Abogacía del Estado.

Después del temporal del fin de semana, que ha vuelto a destrozar el litoral granadino, el subdelegado del Gobierno, José Antonio Montilla, aseguró que la construcción se producirá “en muy poco tiempo”, aunque no se atrevió a dar fechas concretas. En cualquier caso, teniendo en cuenta que el plazo de ejecución es de ocho meses y que la promesa es que no interferirán en la actividad turística, ya no podrían acometerse antes del verano.

El resto de proyectos tampoco avanzan como deberían. En 2021, el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, informó de que las perspectivas eran sacar a concurso en 2022 los seis espigones previstos para que las obras estuvieran finalizadas en 2023. Pero la realidad hoy es que bien distinta y no hay ni un solo proyecto que se libre del rojo en GranadaFrenada.

–Espigón de Salobreña: tramitación ambiental en fase de supervisión técnica.

–Espigón Polopos-La Mamola: descartada después de cuatro años de tramitación por el impacto ambiental que supondría en la zona.

–Espigón de Castell de Ferro: reiniciado el proyecto desde cero. En revisión por el Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas tras detectar cambios en las dinámicas de las plazas.

–Espigón La Rábita (Albuñol): reiniciado el proyecto desde cero. En revisión por el Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas tras detectar cambios en las dinámicas de las plazas.

–Espigón El Pozuelo (Albuñol): reiniciado el proyecto desde cero. En revisión por el Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas tras detectar cambios en las dinámicas de las plazas.

El balance es desalentador: un solo proyecto a la espera de licitación, y sin fecha; otro en tramitación ambiental; tres que vuelven a la casilla de salida; y uno descartado.

Los espigones son una de las reclamaciones prioritarias para los empresarios y la Plataforma de las Infraestructuras de la Costa Tropical. De hecho, fueron las protestas de los empresarios y municipios las que en su día forzaron al Gobierno central a incluir los espigones en sus planes. La primera protesta conjunta que aparece como noticia en la hemeroteca de IDEAL, según publicó el periódico, se produjo en 2010, protagonizada por los empresarios, liderados por Julio Rodríguez, por entonces presidente de AECOST y ahora presidente de la Cámara de Comercio de Motril.

Los esfuerzos están ahora centrados en reclamar la ejecución de los espigones proyectados, pero los empresarios de la Costa recuerdan que las playas de Almuñécar, La Herradura y Carchuna-Calahonda también necesitan defensas que no están incluidas en el plan de 2017.